Ahora pretenderán que la ruptura de la tregua es la “prueba” de que Zapatero no se había entregado a ETA. Pero lo único que esto prueba es que la organización terrorista solo acepta negociar cuando consigue todo.
Las concesiones empezaron con la negociación política. Cuando se hizo creer que “todo era negociable” . Cuando se empezaron a hacer juegos malabares con la Constitución (mesa de partidos en vez de parlamento…) y con la Ley (legalización de ANV, De Juana,…) como contrapartidas al cese de las muertes. Se demostró la debilidad del Ejecutivo cuando, tras los asesinatos de Barajas y Baracaldo, el gobierno renunció a procesar a Otegui, a perseguir el terror callejero, o algunos jueces “olvidaban” renovar la incautación de las herriko tabernas…
Esas concesiones han elevado la moral del entorno etarra, les han hecho creer que podían conseguir sus objetivos y ha movilizado a sus simpatizantes, que exigen más y más concesiones por cualquier medio. Mayo ha sido el mes de más atentados callejeros en los últimos tres años.
El fracaso es patente hoy. Y exige una rectificación inmediata de la política gubernamental. Y la respuesta de la ley a los terroristas y sus cómplices. Hoy mismo, De Juana debería volver a la cárcel. Hoy mismo, el PSOE debería reafirmar el Pacto Antiterrorista. Y el jueves, pedir la condena de Otegui y la ilegalización de ANV…
Pero mucho nos tememos que no va a suceder nada de eso. Nos tememos que Zapatero va a intentar contentar a ETA con nuevas concesiones imposibles. Y lo van a pagar también militantes socialistas, porque ETA sabe que hay fractura en el PSE. Solo la imposición de la Ley y la derrota de ETA va a proporcionar paz, libertad y democracia en el País Vasco y en España. Una derrota que es posible, una derrota que estuvo cercana, que cuenta con el respaldo de todos los españoles y demócratas del mundo. No hay otro camino.
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